El Sindicato de Prensa Rosario repudia enérgicamente el ciberacoso realizado por el presidente Javier Milei contra periodistas argentinas, en especial, contra Julia Mengolini quien dirige el medio autogestivo FutuRock.
El fin de semana la periodista fue víctima de una campaña de hostigamiento a partir de la difusión fake news creadas con IA, que incluyeron la invención de una relación incestuosa con su hermano. El presidente de la nación, detentando el poder que su puesto le confiere, publicó en X nada menos que 65 mensajes en su contra. La violencia contra Mengolini no es nueva, tampoco es la única: otras reconocidas trabajadoras de prensa fueron foco de su misoginia, como María O’Donnell y Romina Mangel. El acoso, sin embargo, no se circunscribe al ámbito de la prensa, Milei también se ha manifestado repetidamente contra artistas femeninas como Lali Espósito y María Becerra.
A los discursos de odio en X y a las campañas difamatorias, el presidente suma el castigo y aleccionamiento a través de presentaciones en la justicia. Ayer denunció a Julia Mengolini por injurias, así como lo hizo con otros trabajadores de prensa como Ari Lijalad, Jorge Rial, Fabián Doman, Mauro Federico y Nicolás Lantos.
Nuestro Sindicato viene advirtiendo que estas prácticas son inadmisibles, mucho más cuando el que las realiza es el mismísimo presidente, quien detenta la mayor autoridad del país. La utilización de la IA y de otras técnicas complejas para producir y difundir ampliamente contenido que incita al odio y a la persecución añade más gravedad al asunto. Paradójicamente es el Estado el que debe garantizar medidas contra las ciber campañas de difamación generadas con bots e IA, con legislación que alcance claros criterios de transparencia y compromiso con la defensa de los derechos humanos.
Por todo, repudiamos estos actos de crueldad producidos desde el máximo poder y nos solidarizamos con las periodistas que son víctimas de violencia de género por parte del gobierno de LLA. Estos hechos no sólo afectan a quienes están circunstancialmente en el foco de los ataques, con consecuencias dentro y fuera del ciberespacio, sino a todas las mujeres y disidencias, también a la libertad de expresión y a la democracia.